PRESENTACIÓN
Porque
somos aquello que concebimos…
Nos
disponemos a realizar una visita al Museo
de Bellas Artes de Sevilla.
Esta actividad comenzó a gestarse como una propuesta de los departamentos
de Filosofía y artes plásticas del IES Al Iscar
orientada preferentemente a alumnos
de cuarto de ESO y Bachillerato pretende
concienciar acerca de la importancia de la creatividad humana, y de
cómo el arte es vía de presentación de ideas filosóficas; porque
el arte, y, en suma, la capacidad creativa del hombre forman parte
“del sistema vital de
las ideas de cada tiempo”
[Ortega y Gasset], son “la cultura”, causa y consecuencia de
aquello que somos.
Suelen
los alumnos de Secundaria y Bachillerato inquirir por la conveniencia
y utilidad del saber filosófico que se imparte en las aulas. Siempre
acudo a una comparación como respuesta: todo edificio tiene una
estructura (cimientos, vigas, cables, conducciones, elementos de
evacuación) que no son visibles, pero que lo sostienen, lo
sustentan. Todo cuerpo humano tiene un esqueleto al que se acomodan
todas sus partes visibles o no perceptibles (piel, órganos,
músculos, tendones). La realidad humana, ya sea política, social,
económica, cultural, tiene un substrato teórico que queda
conformado por una serie de concepciones filosóficas que nos son
propias, que han sido aportadas por innumerables genios del
pensamiento a lo largo de los siglos. Una civilización, un pueblo,
no progresa porque sí. Lo hace porque puede hacerlo, porque se
apoya, porque muchas manos y muchas mentes se aprestan a ello
siguiendo un plan de ruta, y un cuaderno de bitácora en el que
dejaron constancia de las experiencias acaecidas. No conocer las
claves de este cuaderno no quiere decir que no exista. La ignorancia
de esta base teórica filosófica que sustenta nuestra realidad no
implica que no tenga valor, importancia.
El
arte es fiel muestra
del progreso humano. Y un
museo, cualquiera de
ellos, es aparte de “fortaleza
del gusto” y “cofre
de ideas”, una
hermosa prueba de ese cuaderno de bitácora de experiencias
proyectadas.
Así
pues, dispongámonos, con el mejor espíritu posible, a disfrutar de
esta medicina del espíritu, de esta terapia para las incertidumbres
que representa la deleitación de un conjunto de obras artísticas
que desvelan el acontecer de la verdad que es objetivo de la
filosofía.
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